

Celeste Motter
Maestra y Profesional en Técnicas de Activación de Consciencia
MichaelThomas de Propósito Puro (Kryon 5)
Verde hizo algo que conmocionó a Mike, consternándole. Se le acercó rápidamente, y con un ágil movimiento, ¡le dio un tremendo pisotón en un dedo del pie!
–¡Aaaay!–aulló Mike, indignado por semejante abuso de confianza–. ¿De qué va esto?
Mike sintió el dedo dolorosamente palpitante. Lo agarró e intentó aliviarlo, como cualquier otro ser humano en su situación, dando saltitos mientras lo hacía.
–¡ Eso me ha dolido! –le gritó a Verde, mientras veía que el dedo se volvía rojo y luego violáceo–. ¡Me ha dolido mucho! ¡Creo que me lo has roto!
–¿Qué es lo que te duele, Michael? –le preguntó Verde de manera despreocupada mientras le miraba moverse por toda la habitación, haciendo muecas de dolor a cada salto que daba.
–¡El dedo! ¡Eres un sádico de color verde limón! –Mike no sabía lo que estaba diciendo, pero estaba furioso.
Verde no se dio por aludido ante el arranque de cólera de Mike y se acercó a él.
–¡No teme acerques! –gritó Mike, extendiendo los brazos en actitud defensiva–. ¡No quiero otra demostración de masaje de pies al estilo angélico, ni quiero saber nada del concepto que tienes acerca de la terapia podal! ¡No se te ocurra acercarte!
–¿A quéle he hecho daño, Michael? –preguntó Verde de nuevo, y añadió–: No es a tu dedo.
–¿Cómo que no? –exclamó Mike incrédulo, mientras se sentaba en el suelo en la postura
del loto, tratando de no caer mientras se soplaba el dedo–. Entonces, dígame, su Graciosa Majestad Verdosa, ¿a qué le ha hecho daño? –Mike era mordaz, pero el ángel no le hizo caso.–A nosotros, Michael –declaró Verde–. Cadacélula de tu cuerpo está sintiendo en este momento tu malestar. Dilo, Michael.
Di: «Nos han hecho daño»,Mike repitió sin mucho entusiasmo:
–Nos han hecho daño.
–¿Me das permiso para realizar una curación? –preguntó Verde.
–Sí.–Mike mostró verdadero interés.
–Entonces, declara el permiso –pidió Verde.
–Te doy permiso para que me cures el dedo –dijo Mike.
–¡Incorrecto!–señaló Verde en voz alta.
Esta vez, Mike no necesitaba un mapa para no equivocarse, y lo intentó de nuevo.
–Te doy permiso para que... –hizo una pausa– nos cures.Verde no estuvo satisfecho con la respuesta e inquirió otra vez:
–Michael, da tu permiso para poder realizar la acción, no me des permiso a mí para que lo
haga.Mike reflexionó sobre esto y volvió a formular la frase:
–Doy mi permiso para esta curación. Nos han hecho daño y todos nosotros nos
beneficiaremos de esta curación.–¡Así es! –gritó Verde entusiasmado mientras aplaudía con regocijo–. ¡Lo has corregido, Michael Thomas de Propósito Puro! ¡Acabas de curar tu dedo!
A Mike dejó de punzarle el dedo casi instantáneamente. El color cambió del rojo a un saludable rosado, y todo su cuerpo se sintió aliviado del dolor. Verde se acercó a él, y esta vez Mike no le dijo que no lo hiciera.
–Michael, ¿sabes lo que acaba de suceder? –la voz de Verde era suave y amable.
–Creo que sí, pero necesito que me lo expliques. Se sentía fatigado a causa de la lección; el dolor le había dejado exhausto. Verde continuó:
–Nunca más te causaré dolor, querido amigo. Te lo prometo. De ahora en adelante, aprenderás de otras experiencias y no del dolor. Lo que acabas de aprender es que el dolor de una de las partes afecta a todas las demás. Es una experiencia comunitaria. ¿Verdad que ahora te sientes cansado? Si esta experiencia sólo implicara a tu dedo, ¿cómo es que toda tu cara reflejaba el efecto? ¿Por qué se manifestaba en ella la cólera? ¿Ha sido tu dedo quien me ha gritado? ¡No! ¡Ha sido todo tu cuerpo el que me ha gritado! Tu dedo ha sentido el dolor, pero todas las partes de tu yo han participado. El dedo ha sido la fuente del problema, pero te aseguro que todas las células sabían lo que ocurría. Lo mismo sucede con la alegría, el placer, la pasión, y el orgullo interno de la verdad. Cada célula lo siente todo y posee el conocimiento de la totalidad
–Verde hizo una pausa para dar realce a su exposición–. Esto también sucede
con la iluminación y la búsqueda espirituales.–Entonces dime, ¿en dónde se encuentra exactamentemi iluminación, Verde? –Estavez, Mike buscaba una respuesta directa, sin bromas ni pisotones en los dedos.
–Reside equitativamente en todas y cada una de las células de tu cuerpo, Michael Thomas. Cada célula posee una conciencia de la totalidad. Cada célula lo conoce absolutamente todo acerca de las demás. Cada una de ellas participa en la vibración del ser humano al completo –Verde calló un momento y se sentó frente a Mike, enfatizando–: El tiempo que pases aquí estará destinado al aprendizaje de las características del incremento vibratorio. Antes de empezar, debes aceptarte a ti mismo como un conjunto de células que lo saben todo, y no como un conjunto de partes.
–Creo que puedo hacerlo –dijo Mike con una firme intención.
–Yo también lo creo. –Verde sonrió de oreja a oreja y se puso de pie–. ¿Estás listo?
Todavía resentido por la experiencia del dedo, Mike sintió que se ponía de pie de modo involuntario al tiempo que replicaba:
–Sí,señor.